UN SENADOR PREGUNTA AL GOBIERNO QUÉ PROTOCOLOS TIENE ANTE UN APOCALIPSIS ZOMBIE

 
El senador Carles Mulet, representante en la Cámara Alta del partido que gobierna la Comunidad Autónoma de Valencia (Compromís), preguntó al Gobierno de España "qué protocolos tiene previstos ante un apocalipsis zombie". No se ría, que va en serio. Y no es la primera vez que este ejemplar se despacha con preguntas más cercanas al manicomio que a la labor parlamentaria. En otra de sus disparatadas intervenciones exigió al Gobierno del Partido Popular que ilegalice al Partido Popular.

Cuando el periodista de la Cadena COPE, Carlos Herrera, en su programa radial "Herrera en COPE", líder en audiencia de la radiofonía española, dice que en España hay que usar el "desfribilador de tontos", no le falta razón. En el caso de este senador de extrema izquierda que integra uno de los movimientos políticos con función de gobierno que pretenden romper la unidad de España, atentando contra el orden constitucional, el desfribilador de tontos de Herrera haría saltar todos los fusibles.

Que el personaje se las trae, se las trae. En apenas cuatro meses de legislatura lleva hechas más de seis mil preguntas (marca jamás alcanzada en la historia del parlamentarismo mundial). Una verdadera ametralladora para preguntar, el hombre. Y para lanzar "proclamas", otro tanto. En una de las barbaridades con las que se despacha a diario en su escaño, atacó a los que están en contra del aborto, diciendo que "los más rancios del catolicismo, que se saquen los rosarios de los ovarios".

Sin arredrarse ante la repulsa generalizada de todos los grupos parlamentarios, el "senador" del partido que gobierna la tercera Comunidad Autónoma más grande de España, no deja escapar oportunidad para insultar a todos los que no piensan como él y su partido de ideología comunista. La última: romper en el recinto una foto de la presidente de la CA de Andalucía, Susana Díaz (PSOE), al tiempo que la llamaba "una gusana" que "da asco", mientras el presidente del Senado le exigía "un poquito de respeto" y a lo que el amonestado contestaba con un "no provoco".

Con semejante elemento sentado en una banca del Parlamento en el que está representado el pueblo de la cuarta economía de la UE y la octava del mundo, uno se pregunta si el imaginario "desfribilador de tontos" de Herrera no debería ser estudiado seriamente por los científicos para hacerlo realidad. Si es que no están ocupados ya en desarrollar armas contra los zombies para evitar el temido apocalipsis, claro.