La "graciosa" anécdota con la que Joseph quiso justificar el esperpento del dúo que integra junto a Josh Dump para recibir el premio más importante que se otorga a la música, habla, una vez más, del creciente grado de torpeza, irrespeto y, en más de un caso, idiotez que vienen mostrando estos "exponentes de la cultura universal" a la hora de recibir premios de este tipo. Por caso más reciente, el del flamante Premio Nobel de Literatura Bob Dylan (primera -y polémica- vez que se le otorga a un músico), con su grosera actitud de no responder durante muchos días a los insistentes llamados telefónicos del comité sueco que otorga el galardón para comunicarle su decisión, además de no hacer una sola declaración a la Prensa, jugar durante quince días con la expectativa de la Academia Sueca y del público de si iba a aceptar el premio o no y, finalmente, aceptarlo con un arrogante "¿Si acepto el premio? Claro".
Pero el ridículo hecho por la banda que se muestra en triciclos gigantes y pelos de colores no se agotó en ellos. Como si no hubiera bastado la dosis de grosería, el presentador James Cordon, luego de la "gracieta" de los músicos, los imitó y apareció en escena en calzoncillos.
Por lo visto, la "cultura" del siglo XXI parece tener componentes que habrá que revisar muy en serio; porque hay algunos de sus personajes que -como diría un andaluz- "¡ay, marecita mía de mi arma!".
Por lo visto, la "cultura" del siglo XXI parece tener componentes que habrá que revisar muy en serio; porque hay algunos de sus personajes que -como diría un andaluz- "¡ay, marecita mía de mi arma!".
Entre los tarados estos y el presentador no se con cual quedarme. Patético.
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